Esta noche es Nochebuena, y mañana Navidad. Es un momento oportuno para hablar de estas fiestas, de su verdadero origen y de qué es eso que se celebra en realidad.
Antes de entrar en materia, es importante aclarar que la finalidad de este artículo no es incitar a abandonar la celebración de la Navidad ni realizar una crítica sobre aquéllos que la festejan ni una alabanza a los que no. Se trata de dar a conocer el verdadero origen de la misma y replantearnos aquello que nos repitieron desde niños, de que el 25 de Diciembre había nacido Jesús.
Vamos a comenzar, entonces, por el origen de la palabra Navidad. El origen de este vocablo se remonta a la lengua latina, dónde encontramos “Nativitas”, del verbo “nasci”, y significa nacimiento.
Navidad, entonces, significa nacimiento. Esto parece evidente, pero que el nacimiento sea realmente de Jesús como se viene diciendo, es otro tema.
No se conoce exactamente la fecha del nacimiento de Jesús, en la Biblia no nos queda claro ni siquiera el año en el que nació Jesús, pero desde luego lo que no menciona en ningún momento es el famoso 25 de Diciembre.
¿Qué nacimiento se celebra entonces el 25 de Diciembre, si no es el de Jesús?
La razón por la que se estableció la celebración de la Navidad en este día, se debe a que esta era una de las celebraciones más solemnes del Imperio Romano, la fiesta del nacimiento del Sol Invicto, variante religiosa del culto a Mitra, un Mesías de origen oriental.
El culto al sol aparece entre los guaraníes, los incas, los mayas, los aztecas, y está presente en pueblos de todo el mundo, desde el África a la India, de la China a los pueblos de Oceanía, de los del Polo Norte a los del Polo sur. En la cultura grecolatina, los solsticios fueron parte fundamental del culto a la naturaleza, eran las puertas celestes a nuevos tiempos. Jano fue el dios de los etruscos, asimilado por los romanos. Jano que quiere decir puerta, tiene dos caras que representan las dos grandes entradas del sol. En Roma, Jano recibió el nombre de Mitra o Mithra, el Dios Sol, el Dios guerrero, el referente principal de la religiosidad de las masas populares, Entre las que creció el cristianismo.
De allí que los primeros cristianos transformaran el solsticio de invierno en una de sus fiestas más significativas: La Navidad.
La celebración del solsticio de invierno, fiesta del 25 de Diciembre, es considerada pagana, de “pagus” (aldea). Los paganos eran los campesinos (pagani = aldeanos), que como siempre, en el s. IV d. C. en que ya se extendía el cristianismo, ellos continuaban con sus cultos tradicionales a los dioses del ganado y las cosechas. Por eso para los cristianos “pagano” comenzó a significar “no cristiano”.
Por tanto, podemos afirmar que la Navidad es una fiesta de culto pagano, es decir, “no cristiano”.
Vamos a dejar, para finalizar, un fragmento del artículo Christmas, de la enciclopedia de Schaff-Herzog, que nos habla sobre todo esto que hemos venido comentando. Dice así:
“En cuanto a la fecha de este festival (Navidad), depende de la Brumalia pagana, siguiéndole después la Saturnalia (del 17 al 24 de Diciembre), que festejaba precisamente en esos días el nacimiento del nuevo dios sol... La Brumalia y la Saturnalia paganas, invadieron por su influencia, al cristianismo. Esta grande fiesta pagana, con todo su libertinaje y borracheras, era tan popular que los cristianos (se refiere a los católicos) aceptaron de buena gana seguir su observancia con un pequeñísimo cambio en forma y espíritu. Algunos predicadores cristianos del Occidente, y algunos del cercano Oriente protestaron en contra la indecorosa frivolidad de celebrar en esa forma el nacimiento de Cristo, mientras que los cristianos de la Mesopotamia acusaron a sus hermanos del Occidente de idolatría y falso culto, por haber adoptado el festival pagano como una fiesta cristiana".
Después de esto, sólo queda desearos:
¿Feliz Navidad? ¿Feliz solsticio? ¿Feliz Brumalia? Quizás esto es lo de menos.
¡¡FELICIDAD PARA TODOS!!
Fuentes:
Suramericapress.com
Etimologías.dechile.net
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