Por M. Campos.
En la vida de toda persona se presenta en algún momento la decisión más importante, aunque no todo el mundo sabe reconocerla como tal y no dedica a ese dilema la atención necesaria. Simplemente continúan caminando, sin saber muy bien por dónde. Es ésta probablemente una de las mayores causas de tanta infelicidad que existe en el mundo.
La decisión más importante en la vida de una persona nos la remarcó Shakespeare en su momento. Muchas personas repiten su célebre frase del "ser o no ser", sin saber muy bien qué es lo que están diciendo. Están dejando escurrir entre sus dedos la clave de la felicidad.
En algún instante más o menos intenso, más o menos consciente, toda persona decide cómo va a vivir su vida, si será ella misma aceptando todas las consecuencias y luchando contra todos los obstáculos, o si preferirá renunciar a su verdadera esencia, sus verdaderos deseos, para adaptarse a la ruta de los demás.
Todos cargamos sobre nuestros hombros con lo que los demás esperan de nosotros, lo que se supone que debemos realizar, los éxitos que deberíamos obtener para ser respetados, y tantas otras piedras en forma de "responsabilidades", que no son otra cosa que cosas que no queremos hacer, pero que nos sentimos obligados a llevar a cabo, sin otra salida. Si la vida nos cuesta, si caminar se hace difícil, si no encontramos motivación para vivir, entonces posiblemente, si miramos a nuestra espalda, veremos un montón de esas piedras presionándonos hacia el fondo.
Ser el más trabajador de la empresa, ganar más dinero, estudiar una carrera, comprar determinadas cosas, adquirir una casa, formar una familia... son casi obligaciones indiscutibles, todo el mundo, "si quiere ser alguien", tiene que hacerlo así. De otra forma las miradas de extrañeza, rechazo e incluso desprecio se cernirán sobre él. ¿Quién no ha sentido alguna vez el peso de alguna de estas piedras?
Como decíamos, si nos cuesta caminar, es porque llevamos demasiado peso, un peso que no nos corresponde. Cuando esto ocurre debemos comenzar una profunda reflexión, una introspección completa en la que aprendamos a discernir entre nuestros propios deseos y aquellos que los demás han inculcado en nosotros. Es muy importante atreverse a ser sincero con uno mismo, de otra forma no serviría de nada. No podemos engañarnos con cosas como "es lo que hace todo el mundo, por tanto debo hacerlo", o "me gustaría cambiar de trabajo, pero yo no valgo para ese que me gustaría realizar". Liberémonos de estos límites que nos hemos o nos han puesto a lo largo de la vida.
Cuando eres capaz de enfrentarte a ti mismo, cuando eres capaz de replantearte toda tu vida, cuando obtienes respuestas que nunca habías escuchado, que proceden de tu interior y no del mundo externo, y sobre todo, cuando eres capaz de decidir que a partir de ahora vas a comenzar a vivir como tú quieres, entonces, has encontrado la decisión más importante de tu vida y la has resuelto de forma óptima. Has descubierto el camino de la libertad, el camino del ser, el único camino real.
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