domingo, 4 de diciembre de 2011

FAMILIAS Y FAMILIAS

Por M. Campos.


En la vida tenemos una balanza que equilibrar, con todos aquellos aspectos con los que contamos: la familia, el trabajo, el ocio... Resulta curioso observar lo difícil que les resulta a algunas personas mantener el equilibrio o la clara inclinación que otorgan a eventos sin importancia en detrimento de los pilares esenciales de la vida.
El ritmo de la sociedad nos empuja cada vez más hacia los planos materiales, dejando atrás nuestra esencia humana.
He visto personas capaces de abandonar las relaciones con su familia para dedicarse en cuerpo y alma al trabajo, o que se despiden de sus hijos y nietos rebuscando excusas que ni ellos mismos se podrían creer. 
Los pretextos existen por cientos, pero ninguno de los que he escuchado en estas ocasiones me resulta convincente para alejarse de aquellos seres con los que formamos una misma raíz. Siento una profunda tristeza al contemplar la superficialidad con que ciertas personas despiden a sus familiares y se van a hacer su vida, sin más, como si no tuviesen nada que compartir con aquellos que dejan atrás. Luego, más adelante, les recordarán, seguramente en Navidad, o, con mucha suerte, en algún cumpleaños.


Esto es la familia en nuestro mundo en muchos casos, dónde el consumismo nos dice en que fechas somos familia, en que época tenemos que acordarnos de ellos, es casi como una agenda, en la que los días de "llamar a mi hijo", "regalar a mi madre"... ya vienen marcados de fábrica. ¿Qué aberración es esta? ¿Dónde vive nuestra humanidad? ¿Todavía existe?

Si disfrutas de una familia unida, feliz, espontánea... humana, ¡¡felicidades!!
Si sufres una familia separada, seria, rígida... artificial, ¿no harás algo por cambiarla?

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